La rabia canina es una enfermedad infecciosa viral que ataca al sistema nervioso central, y se trata también de una enfermedad zoonótica, esto quiere decir que se transmite de los animales a los seres humanos. Es por ello que la rabia, es una es una enfermedad conocida. Este virus tiene forma de bala o bastoncillo y pertenece a la familia Rhabdoviridae.
Es una enfermedad expandida por todo el planeta, se localiza en las secreciones y la saliva, transmitiéndose al humano cuando el animal infectado ataca a este por mordedura. Aunque el humano, también puede ser contagiado, si se tiene contacto con las secreciones salivales de un animal y entran por las mucosas o una herida.
Existen dos tipos de manifestaciones de la Rabia. La manifestación furiosa, la más común en los animales carnívoros; muestra hiperactividad, alucinaciones, espasmos musculares y otros síntomas. Y por otro lado, está la rabia paralítica, esta es más común en los roedores o el ganado bovino, pero otros como el ganado equino, porcino u ovino, también pueden llegar a manifestarla. La rabia paralítica, según la OMS, tiene un porcentaje del 30% en humanos. Esta última se caracteriza por la paralización de los músculos alrededor de la zona de contagio, y expandiéndose por todo el cuerpo hasta provocar el fallecimiento.
La rabia no es una enfermedad que aparezca de repente, pues la incubación de este virus dura de 1 a 3 meses. Este periodo depende de la cantidad de virus transmitidos, cantidad de tejido afectado, las defensas del huesped y la distancia que ha de recorrer el virus. Tras esta primera fase, la rabia es mortal en el 99,9% de los casos. El único tratamiento que existe es el suministro de anticuerpos, e inyectar la vacuna contra el virus, no obstante, solo es eficaz durante el periodo de incubación.
En España es obligatoria la vacuna antirrábica en todas las comunidades autónomas, excepto en Cataluña, País Vasco y Galicia. Y aunque en estas comunidades no sea obligatoria, se recomienda consultar a un veterinario, pues existen áreas de restricción delimitada, en las cuales la vacunación es imprescindible, debido a que se podría haber producido algún caso puntual de rabia.
La primera vacuna antirrábica se administra entre los 4 - 6 meses de vida de un cachorro. El hecho de que se vacune a los 4 meses, y no antes, es debido a que durante el periodo anterior, el cachorro convive con los anticuerpos de su madre y esta podría interferir en la protección que da la vacuna. Un año después, se administra la vacuna de refuerzo. Y posteriormente, se empieza a vacunar de manera anual en nuestro país o antes de la finalización del periodo de validez de la inmunidad conferida por la vacuna.
Los precios de la vacuna contra la rabia oscilan entre los 20 o 30 euros. Y por supuesto, la vacuna antirrábica siempre deberá ser puesta por un veterinario.
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